Hoy se celebra la fiesta de San Felipe Neri, Patrono de educadores y humoristas, fundador del Oratorio en Roma, recordado por haber recibido el don de la curación, de profecía y poder leer los pensamientos de otros.
Lo que caracterizaba era siempre de día su alegría, esto hacia ganar muchos amigos con gran facilidad, llevándolos a encontrar el calor de Dios.
De noche, se perdía en un diálogo tan íntimo con Dios que su habitación hubiese podido ser el atrio de una iglesia.
Gracias al apostolado se San Felipe, los que le conocian querian imitarle, y muchos mas acudian en busca de un sabio consejo.
Se convirtió en pastor en 1551, haciéndose sacerdote sin por ello cambiar su estilo de vida. Con el tiempo, en torno a él se forma la primera comunidad, la célula de la futura Congregación del Oratorio, que recibió la aprobación de Gregorio XIII en 1575.
El 25 de mayo de 1595, día del Corpus Christi, su médico lo vio tan extraordinariamente contento que le dijo: «Padre, jamás lo había encontrado tan alegre», y él le respondió: «Me alegré cuando me dijeron: vayamos a la casa del Señor».
A la medianoche le dio un ataque y levantando la mano para bendecir a sus sacerdotes que lo rodeaban, expiró dulcemente. Tenía 80 años.
Felipe Neri, el tercer Apóstol de Roma. El dinamismo de su amor nunca se apagó, y aún parece que repite:
“No es tiempo de dormir, porque el Paraíso no se hizo para los vagos”.