¡Oh! Bendito San Juan Bosco, tú que eres el santo patrón de los jóvenes y defensor de la educación, ten piedad de nosotros y bendícenos para que seamos buenos hijos de Dios.
Santo de los jóvenes, derrama tu misericordia sobre nosotros para que podamos cumplir nuestros propósitos y alcancemos la felicidad eterna.
Tú dijiste: “Ser bueno no se trata de no cometer pecados, sino de saber arrepentirse”; por eso, sabemos que nos ayudarás a ser mejores jóvenes.
¡Oh! Don Bosco, acompáñanos en el día a día para que tengamos la sabiduría necesaria para solucionar los problemas y la fortaleza suficiente para no caer en la tentación. Amén.