"Siempre que quieras agradarme, habla al mundo de mi gran e insondable misericordia."
Los católicos veneramos la misericordia de Dios, esta exige la confianza.
La misericordia de Dios y su pasión dolorosa nos han redimido de nuestros pecados, si confiamos en Jesús nuestros pecados nos serán perdonados por la confesión de nuestras culpas ante un sacerdote; así Jesús no será nuestro juez sino nuestro Salvador misericordioso.
La fiesta de la Misericordia se celebra el primer domingo después de Pascua, que es el segundo domingo de Pascua, que actualmente se conoce como el domingo de la Divina Misericordia. La fiesta se origino en Polonia y después se fue expandiendo la devoción con San Juan Pablo II en la canonización de Sor Faustina, el 30 de abril de 2000, desde entonces se instituyo esta fiesta para toda la Iglesia católica.
La inspiración procedía del deseo que Jesús había comunicado a Sor Faustina. Jesús le dijo: Deseo que el primer domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de la Misericordia. Deseo que la fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la santa comunión obtendrá el perdón total de las culpas y las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias.
En diversas apariciones, el Señor reveló, no solo cuando había de celebrarse sino que también el motivo y el propósito de su institución.
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