¿Por qué necesitamos orar?
La oración es el contacto real y directo con Dios, el Creador, el Santificador, el Redentor, el Salvador.
Él es por quién vivimos, nos movemos y existimos, (He 17,28) y es en la oración, el dialogo y la escucha constante de su palabra por lo que nos uniremos más perfectamente a él, mientras estamos en el mundo.
Escuchemos la voz de Jesús que nos llama a estar con él.
Pero sobre todo estén despiertos y hagan que oren los demás, siguiendo la persuasiva invitación de Jesús;
«Rueguen, pues, al Dueño de la mies que envíe operarios a su campo» (Lc. 10,2)

Mi Señor Jesús…
Ayúdame a anunciarte siempre con amor, que mis labios anuncien el amor que tú me das.
Qué las Sagradas Escrituras estén siempre en el centro de mi corazón y que su proclamación y meditación me vayan haciendo una persona mas semejante a ti.
Dame tu sabiduría para que proclame y te alabe a través de las artes: la música, el teatro, la pintura…
Haz que te anuncie con alegría, astucia y valentía en los medios de comunicación.
Señor, mi alegría es amarte, seguirte y servirte con todo el corazón.
Amén.

«La cosecha es abundante, pero los obreros pocos. Rueguen, por tanto, al dueño que envíe obreros a su cosecha». (Lc 10, 2)
Buen Padre Dios, recordando las palabras de tu Hijo, te pedimos que hagas surgir más jóvenes generosos y valientes, decididos a ser misioneros por un tiempo o para toda la vida.
Te lo pedimos por tu Hijo Jesús de Nazaret. Amen.
Bellas palabras, que ¡la paz de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes!